martes, 4 de abril de 2023

Premios o castigos?

 Premios o castigos? 

Esa pregunta la hacen muchos padres con hijos en edad escolar puesto que los hijos cometen errores, eso si son niños normales como todos. Los padres presuponen que si el niño se porta bien se le debe recompensar y que si se porta mal, es nuetro deber castigarlo. 



Sin embargo, la pregunta en sí ya presenta un problema ya que se infiere que en la educacion de nuestros hijos solo tenemos esas dos opciones. Por eso, a pesar de que muchos educadores y padres saben en su interior que tanto los premios como los castigos no funcionan, igual los siguen usando. 

Los castigos


Al igual que las recompensas, los castigos suelen tener mayores daños que beneficios. Y de esto sí existe amplia literatura al respecto, especialmente sobre el castigo físico, muy común en Latinoamérica. 
Alfie Kohn, autor de catorce libros y de cientos de artículos sobre crianza de los hijos, describe el castigo a los niños como "ocasionarles algo desagradable - o evitarles que sientan algo agradable - con el fin de cambiar su conducta futura. En otras palabras, el castigador los hace sufrir, para darles una lección" (Kohn, 2005). 




Otro experto, el doctor Laurence Steinberg, en su libro "The 10 Basic Principles of Good Parenting" (10 Principios Básicos de Buena Crianza) invita a todo padre o madre que evite la disciplina severa. El hace una analogía muy elocuente al respecto:

"Si tuviera que elegir entre dos medicamentos igual de efectivos, uno que tiene terribles efectos secundarios y otro que no, supongo que usted escogería el que no tiene malos efectos secundarios. Si elige entre dos formas igualmente efectivas de reprimenda, espero que use la misma lógica... De todas las formas de castigo que los padres usan, la que tiene peores efectos secundarios es el castigo físico" (Steinberg, 2005).

 A pesar de ser menos efectivo, el castigo físico deja terribles secuelas en los niños, ya no digamos, las terribles enseñanzas implícitas ("mi papá me ama por eso me pega"). A pesar de haber tanta investigación sobre el castigo físico, Kohn sugiere que "así como es tan repulsivo que algunos hombres les peguen a sus esposas o novias, es discutiblemente aun peor que los adultos le peguen a los hijos [niños indefensos]- de cualquier forma y por cualquier razón" (Kohn, 2005).

Una historia que me impactó sobre el castigo físico, es la que contó Astrid Lingren, autora sueca, sobre la perspectiva de un niño sobre el castigo físico:

“Cuando tenia alrededor de 20 años, conocí a la esposa de un pastor que me contó que cuando era joven y tuvo su primer hijo, ella no creía en pegarle a los niños aunque pegar a los niños con un palo era el castigo normal en esa época. Pero un día cuando su hijo tenía cuatro o cinco años, el hizo algo que ella sentía que merecía que le diera una paliza—la primera de su vida. Y le dijo al hijo que tenía que salir el mismo y buscar un palo con que le pudiera pegar. El niño se fue por bastante tiempo. Cuando regreso, venía llorando. Le dijo a ella “Mamá, no pude encontrar un palo, pero aquí traje una piedra para que me la puedas lanzar. Repentinamente, la madre entendió cómo se sentía la situación desde el punto de vista del niño: "si mi madre me quiere lastimar, entonces no hace diferencia con que lo quiera hacer; igual podría hacerlo con una piedra." La madre tomó al hijo y lo puso en su regazo y ambos lloraron. Luego puso la piedra en un estante para recordarse a si misma: NUNCA USAR VIOLENCIA. Y eso es algo que pienso que todos deberíamos de recordar. Dado que la violencia comienza en la guardería [donde uno cuida a sus hijos] uno puede criar a sus hijos hacia la violencia" (Parenting, Octubre 1992. p. 132)

Debemos recordar que el castigo se puede dar no solo de manera física, sino también de manera emocional.

Las recompensas

En su artículo sobre las recompensas, Kohn reconoce que muchos padres y educadores caen en la trampa de las recompensas y castigos porque logran obediencia inmediata, que sin embargo, se vuelve temporal y perjudiciosa. Kohn cita algunos estudios que han mostrado lo perjudicial que pueden llegar a ser las recompensas. Dice:

"A lo largo de los años, los estudios han encontrado que los programas de modificación del comportamiento son raramente exitosos en producir cambios duraderos en actitudes o incluso, en el comportamiento. Cuando las recompensas paran, la gente generalmente regresa a la manera en que actuaba antes de que el programa empezara. Aún más perturbante, los investigadores han descubierto recientemente que los niños cuyos padres hacen uso frecuente de recompensas tienden a ser menos generosos que sus compañeros" (Fabes et al., 1989; Grusec, 1991; Kohn 1990)

 Otro experto, Hiam Ginott, sugiere que las recompensas son en realidad sobornos que hacemos a nuestros hijos y que, "rara vez inspiran esfuerzos continuos". Agrega que deberíamos cuestionarnos la falacia si/entonces ("si haces esto, entonces te daré esto"). Algunos de los ejemplos que da en su libro "Between Parent and Child" (Entre Padres e Hijos) son:

- Si eres bueno con tu hermano pequeño, entonces te llevaré al cine.

- Si dejas de mojar la cama, entonces te compraré una bicicleta para Navidad. 



Ginott sugiere que al decir "si" ya estamos dudando de la capacidad del niño. "Si te aprendes el poema" significa "No estamos seguros de que puedas." Algo más terrible, este experto declara que algunos niños se portan mal a propósito para que sus padres les paguen por portarse bien. 


En realidad, la ciencia ha demostrado que las recompensas no funcionan en el largo plazo. Otra cosa que todo padre debería tener en cuenta es la motivación. Muchas veces los hijos ya no están pensando en el valor moral de hacer lo correcto sino en el premio que hay detrás de "hacer como que estamos haciendo lo correcto cuando nos miran." 


Existen otras opciones

El primer paso para mejorar nuestra crianza con los hijos es saber que hay otras opciones. No todo es blanco o negro. No se trata de premios o castigos. Alfie Kohn propone lo que llama crianza incondicional. De hecho, ha escrito un libro al respecto (Kohn, 2016). Este artículo es muy corto para describir toda la psicología y filosofía de esta nueva manera de criar a los hijos, pero espero escribir otros artículos donde explicaré de que se trata esta perspectiva basada en el amor. 

Otro aspecto a considerar para cambiar nuestra forma de crianza es reflexionar sobre nuestras motivaciones. Muchas veces la crianza está motivada por el control que se quiere ejercer sobre los hijos para que obedezcan. Pero esto no produce hijos sanos, felices y funcionales. Brigham Young, líder Santo de los Ultimos Días, hizo una observación al respecto de lo que muchos padres deberíamos considerar:

"Al andar por el mundo puedo ver que, en su mayoría, los padres están muy ansiosos de gobernar y controlar a sus hijos. En base a mis observaciones, he visto que hay más padres que son incapaces de controlarse a sí mismos que los que son incapaces de controlar a sus hijos. Si una madre quiere controlar a uno de sus hijos, primero tiene que aprender a controlarse a sí misma y entonces quizás llegue a tener éxito en que ese hijo se someta perfectamente a la voluntad de su madre. Pero si no puede controlarse a sí misma, ¿cómo ha de esperar que su hijo, un niño pequeño aún en cuanto a entendimiento, sea más sabio, más prudente y mejor que una persona de mayor edad y madurez?" (DNSW, 12 de julio, 1870, 2).



Referencias

  1. Kohn, Alfie (1994). El Riesgo de las Recompensas. https://www.alfiekohn.org/teaching/recompensas.htm 
  2. Pippi Power: Entrevista con Astrid Lingren. Parenting. Octubre 1992. p. 132
  3. Steinberg, Laurence (2005). 10 Basic Principles of Good Parenting. Editorial Simon and Schuster.
  4. Kohn, Alfie (2005). Unconditional Parenting: Moving from Rewards and Punishments to Love and Reason. Editorial Atria Books. 
  5. Enseñanza de los Presidentes de la Iglesia: Brigham Young. https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/teachings-brigham-young/chapter-46?lang=spa


2 comentarios:

  1. Gracias por el artículo Carlos. Siempre he pensado que debe haber más que castigo o recompensa. Las reflexiones que describes sustentadas por los estudios son importantes para llevarnos a un cambio de perspectiva. Estaré atento a otras publicaciones

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Sergio! Pienso que en la crianza de los hijos hay muchas ideas "no sustentadas". Saber que hay estudios al respecto de lo que pensamos es bueno o inadecuado, es importante para tomar nuestras decisiones.

      Eliminar

Ajustando la crianza al desarrollo de nuestros hijos

Ajustando la crianza al desarrollo de nuestros hijos   Muchos padres recordamos con nostalgia cuando nuestros hijos e hijas eran fáciles de ...